Esta lectura es muy ingeniosa, disfrútenla.
EL RÓTULO1
—Señor Sardena- dijo el joven al propietario de una pescadería, -me
llamo –Arenque. Soy pintor de rótulos y veo que Ud. no tiene letrero
como los otros tenderos. Mire Ud., por favor, el rótulo de su vecino, el
sastre: ―Sastrería. Confeccionamos vestidos a medida‖. O el zapatero:
―Zapatería. Remendamos zapatos mientras que Ud. está esperando‖. O
el del carnicero: ―Carnicería. Nuestra carne está refrigerada‖. Y el del
empresario de pompas fúnebres: ―Funeraria. Nuestros clientes nunca se
quejan‖. Permítame, señor, hacerle también uno de estos rótulos
magníficos: ―Pescadería. Aquí se vende pescado fresco.‖
—No necesito letrero, señor Arenque. Sobre todo no necesito el rótulo
que Ud. sugiere. Escúcheme con gran atención mientras explico
lógicamente por qué es una pura pérdida de dinero. Consideremos la
palabra ―aquí‖. Es claro que si vendo pescado, lo vendo aquí. Por eso
no necesito la palabra. Consideremos ahora la palabra ―fresco‖. Si el
pescado no es fresco, no será posible venderlo. Por eso no necesito la
palabra ―fresco‖. ―Pescadería‖ ¿Dónde se vende pescado? ¿En una
panadería? La palabra ―pescadería‖ no es necesaria. ―Se vende‖: ¡Por
supuesto que se vende! ¿Cómo voy yo a ganar la vida si regalo el
pescado? Todo el mundo comprende que se vende el pescado. Queda
ahora solamente una palabra, ―pescado‖. ¡Cierre los ojos, señor, por
favor, y respire! ¡Dígame! ¿Necesita Ud. un rótulo para saber que aquí
en esta tienda se vende pescado?
1 Pfeiffer, Rubin. Cuentos simpáticos. Lincolnwood: Nacional Textbook Company, 1990.
Conteste a las siguientes preguntas con frases completas
1. ¿Qué se vende en la tienda del señor Sardena?
........................................................................................
........................................................................................
2. ¿Qué quiere hacer Arenque?
........................................................................................
........................................................................................
3. ¿Qué hacen el sastre, el zapatero y el carnicero?
........................................................................................
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4. ¿Qué diría el nuevo letrero de la pescadería?
........................................................................................
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5. ¿Quiere el señor Sardena un rótulo? ¿Por qué?
........................................................................................
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6. ¿Cuándo no se vendería pescado?
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7. ¿Por qué no es necesaria la palabra “pescadería”?
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........................................................................................
8. ¿Regala el señor Sardena el pescado?
........................................................................................
........................................................................................
9. ¿Qué huele el señor Arenque?
........................................................................................
........................................................................................
Encierre en un círculo el literal correspondiente a la respuesta
correcta
1. ¿Qué desea el joven? El joven desea…
a. Pintar un pescado
b. Hacer un rótulo
c. Remendar zapatos
d. Hacer un letrero
2. ¿Por qué no se quejan los clientes? No se quejan…
a. porque la carne está refrigerada
b. porque tienen zapatos
c. porque están muertos
d. porque compran pescado fresco
viernes, 25 de octubre de 2013
lunes, 20 de mayo de 2013
Analogías II
Contesta y copia las siguientes analogías en tu libro de ortografía.
Aleta es a pez como brazo es a
Manzana es a árbol como hijo es a
León es a sabana como tiburón es a
Zapatos es a pie como guante es a
Luna es a noche como sol es a
Bush es a capitalismo como Fidel Castro es a
Comida es a humano como gasolina es a
Hojas son a libro como teclas son a
Tristeza es a lágrima como sonrisa es a
Hora es a tiempo como nota es a
Manzana es a árbol como hijo es a
León es a sabana como tiburón es a
Zapatos es a pie como guante es a
Luna es a noche como sol es a
Bush es a capitalismo como Fidel Castro es a
Comida es a humano como gasolina es a
Hojas son a libro como teclas son a
Tristeza es a lágrima como sonrisa es a
Hora es a tiempo como nota es a
viernes, 5 de abril de 2013
LECTURA DE COMPRENSIÓN "EL HOMBRE DE LA GORRA MARRÓN"
El hombre de la gorra marrón
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EL HOMBRE DE LA GORRA MARRÓN
No hace mucho tiempo paseaba por la ciudad un hombre que llevaba puesta sobre su cabeza una gorra de color marrón. Al llegar a la estación de ferrocarril, el hombre se metió en el vestíbulo y se detuvo a contemplar a la gente que entraba y salía cargada con sus maletas, sus bolsas y sus carteras. En esas estaba cuando, de pronto, exclamó con voz alta:
-¡Vaya, vaya!
A continuación abandonó la estación precipitadamente y siguió paseando.
Poco después, el hombre de la gorra marrón llegó a un paso subterráneo. Observó detenidamente la entrada del túnel y se introdujo en él caminando por una acera estrecha, que estaba separada de la calzada por una pequeña valla. Y cuando se encontraba en medio del túnel, se detuvo a ver cómo los coches pasaban a toda velocidad en una y otra dirección. Poco después gritó:
-¡Vaya, vaya!
Inmediatamente el hombre continuó su camino mientras el eco de sus palabras se confundía con el rumor de los coches.
A la salida del túnel había un edificio muy alto con grandes ventanales oscuros. Tenía todas las ventanas cerradas y desde fuera no podía verse lo que la gente hacía en el interior puesto que los cristales hacían el efecto de un espejo en el que se reflejaban el cielo y las nubes. El hombre de la gorra marrón se detuvo frente al edificio y esperó a ver si alguien abría alguna de aquellas ventanas. Pasó el tiempo y las ventanas permanecían cerradas. Entonces nuestro hombre dijo casi gritando:
-¡Vaya, vaya!
Y volvió a esperar a que ocurriera algo.
Cuando vio que todas las ventanas continuaban carradas a cal y canto, gritó de nuevo, y esta vez con mucha más fuerza:
-¡Vaya, vaya!
Y tras esto, continuó satisfecho su camino.
Pasado un rato, el hombre de la gorra marrón llegó a un parque muy bonito en el que había un pequeño lago. La gente paseaba plácidamente por la orilla y se sentaba de vez en cuando en unos bancos pintados de rojo a contemplar cómo paseaban los demás. También había muchas madres y abuelos que empujaban sillitas de bebé, ancianas que echaban miguitas de pan a las palomas, niños que corrían hacia ellas para asustarlas y verlas salir volando, gente de todas las edades que corría, saltaba y hacía deporte... Y, a la orilla del lago, había un empedrado donde se habían sentado parejas de enamorados y grupos de jóvenes que tocaban la guitarra.
Justo en el centro de aquel parque se alzaba una escultura en la que se representaba a un joven desnudo y frente a él un ave de rapiña. El joven señalaba con su mano derecha al ave y elevaba la otra mano hacia el cielo.
El hombre de la gorra marrón se detuvo ante aquella estatua. Luego miró en derredor y estuvo contemplando un buen rato a la gente. Y, de repente, volvió a gritar a pleno pulmón:
-¡Vaya, vaya!
Algunas personas que paseaban por el parque se pararon curiosas y se quedaron esperando a ver si aquel hombre decía o hacía algo más. Pero él se limitó a emprender de nuevo su camino sin añadir ni media palabra.
Y andando, andando, el hombre de la gorra marrón llegó a un gran edificio gris que estaba situado en una amplia avenida. Delante del edificio había muchos coches de policía aparcados. El hombrecillo se detuvo ante la puerta y gritó en tono decidido:
-¡Vaya, vaya!
Al instante salieron precipitadamente de aquel edificio algunos policías, arrestaron al hombre de la gorra marrón y le introdujeron en la comisaría. Allí le cachearon para ver si llevaba armas y le interrogaron a fondo. Después de comprobar que el hombre de la gorra marrón no pretendía nada malo, le sacaron de la comisaría y le dijeron:
-A nosotros no nos hace ninguna gracia que usted vaya gritando por todas partes "¡Vaya, vaya!". Pero como no hay ninguna ley escrita que prohíba decir por la calle "¡Vaya, vaya!", tenemos que dejarlo en libertad.
Y ¿sabéis lo que en aquel mismo momento respondió el hombre de la gorra marrón?
Sí, exactamente eso.
Franz Hohler
El bloque de granito en el cine. (Adaptación)
PRUEBA DE COMPRENSIÓN
1.- El hombre de la gorra marrón solía decir:
a) ¡Ya, ya!.
b) ¡Vaya, vaya!.
c) ¡Venga, venga!.
2.- En la estación de ferrocarril le gustaba:
a) Contemplar a la gente que entraba y salía.
b) Ayudar a llevar maletas y bolsas.
c) Observar los trenes.
3.- En el paso subterráneo el hombre observaba:
a) La acera estrecha.
b) Una pequeña valla.
c) Los coches que pasaban a toda velocidad.
4.- El eco de sus palabras se confundía con:
a) El rumor de los coches.
b) El diálogo de la gente.
c) El ruido de los aviones.
5.- ¿Por qué no se podía ver el interior del gran edificio?
a) Porque estaban las ventanas cerradas.
b) Porque reflejaba la luz en los cristales.
c) Porque los cristales hacían el efecto de un espejo.
6.- ¿Qué había en el parque?
a) Doce fuentes.
b) Un pequeño lago.
c) Varios elefantes.
7.- En el parque, el joven de la estatua señalaba con su mano derecha:
a) Al joven desnudo.
b) Al cielo.
c) Al ave de rapiña.
8.- ¿Por qué los policías arrestaron a este hombre?
a) Porque gritó delante de la comisaría.
b) Porque llevaba una gorra marrón.
c) Porque no hacía nada provechoso.
9.- ¿Para qué cachearon al hombre?
a) Para comprobar si llevaba drogas.
b) Para ver si llevaba armas.
c) Para distraer la atención.
10.- ¿Por qué soltaron al hombre de la gorra marrón?
a) Porque no tenían calabozos.
b) Porque no les gustó la gorra.
c) Porque ninguna ley prohíbe decir: ¡Vaya, vaya!.
sábado, 9 de marzo de 2013
EXTRAÑOS PLURALES
Les comparto este comentario de Germán Montero Alcalá
Extraños plurales
Para aquellos que tenemos el español como idioma materno y que además poseemos algunos conocimientos de inglés, tendemos a pensar que lo natural es que los plurales se formen agregando una "s" o "es" al final de la palabra. Así tenemos para "libro", libros y para "limón", limones. En inglés "book" y books, "apple" y apples. Pero al explorar un poco más en inglés, nos encontramos "child" (niño) y children (niños), en lugar de childs. Peor aun "knife" (cuchillo) y su plural knives o "believe" (creencia) y beliefs. En alemán, se coloca "er" (también "en", depende del caso), "buch" (libro) y bucher (libros). En italiano, una "i": fratello (hermano), fratelli (hermanos).
Pero el más extraño de los plurales que hasta ahora he encontrado, es el caso del malayo y el indonesio, que son casi el mismo idioma. En estas lenguas, el plural se forma repitiendo la palabra. Ejemplo: en bahasa indonesia "hombre" se dice orang, de manera que "hombres" se dice orang-orang. Por cierto, la palabra más internacional venida del indonesio es orangután que significa "hombre de la selva".
Extraños plurales
Para aquellos que tenemos el español como idioma materno y que además poseemos algunos conocimientos de inglés, tendemos a pensar que lo natural es que los plurales se formen agregando una "s" o "es" al final de la palabra. Así tenemos para "libro", libros y para "limón", limones. En inglés "book" y books, "apple" y apples. Pero al explorar un poco más en inglés, nos encontramos "child" (niño) y children (niños), en lugar de childs. Peor aun "knife" (cuchillo) y su plural knives o "believe" (creencia) y beliefs. En alemán, se coloca "er" (también "en", depende del caso), "buch" (libro) y bucher (libros). En italiano, una "i": fratello (hermano), fratelli (hermanos).
Pero el más extraño de los plurales que hasta ahora he encontrado, es el caso del malayo y el indonesio, que son casi el mismo idioma. En estas lenguas, el plural se forma repitiendo la palabra. Ejemplo: en bahasa indonesia "hombre" se dice orang, de manera que "hombres" se dice orang-orang. Por cierto, la palabra más internacional venida del indonesio es orangután que significa "hombre de la selva".
viernes, 8 de marzo de 2013
LECTURA DE COMPRENSIÓN. EL CABALLERO Y EL MOZO
Les comparto esta lectura del Área de gestión pedagógica de Perú.
El caballero y el mozo
Un mozo que se llamaba Pedro entró al servicio de un caballero. Y aunque Pedro nunca había trabajado como criado de nadie, ponía mucho interés en aprender su nuevo oficio.
En una ocasión, estando el caballero charlando con otros señores amigos suyos, decidió llamar al mozo para burlarse de él.
-Pedro -le dijo el caballero-, esta tarde quiero invitar a merendar a mis amigos. Ve ahora mismo a la plaza y compra tres kilos de uvas y tres kilos de ayes.
-¿Tres kilos de qué, mi señor?
-¡Tres de uvas y tres de ayes! ¿O es que no me has oído? ¡vamos, vamos, date prisa, que estas esperando!
Pedro, asustado, salió volando de la casa y se dirigió al mercado de la plaza del pueblo.
-¿Qué será aquello de los ayes? –Decía Pedro para sí- nunca oí hablar de nada semejante.
Cuando Pedro llegó al mercado, compró rápidamente los tres kilos de uvas y preguntó a uno de los vendedores si tenía ayes. El vendedor le miró malhumorado y dijo:
-¿Crees que vengo yo aquí a perder el tiempo? ¡Largo muchacho, no me molestes¡
Pedro, sin comprender lo que pasaba, se dirigió a otro vendedor.
-Vaya, vaya muchacho… Así que tres kilos de ayes… -le dijo riéndose sin parar-. Pues anda, pregunta por la plaza a ver quién los vende.
Después de un buen rato, Pedro se dio cuenta de que su amo se había burlado de él. Y decidió darle un escarmiento. Entonces cogió un buen puñado de ortigas y los puso dentro de la bolsa tapando bien las uvas que había comprado.
Cuando Pedro llegó a la casa, el caballero le mando llamar y le preguntó riendo:
-¿Qué, Pedro, has traído lo que te encargué?.
-Sí, señor - respondió Pedro -.Lo traigo todo aquí, en esta bolsa.
El caballero, lleno de curiosidad, mandó a Pedro que le acercara la bolsa y, sin pensarlo dos veces, metió la mano dentro.
-¡Ay, ay, -gritó el caballero mientras sacaba la mano.
-Y debajo de los ayes están las uvas -dijo Pedro resueltamente.
Los amigos del caballero se echaron a reír y convencieron al caballero de que no castigase a Pedro, ya que pocos podían tener a un mozo tan ingenioso a su servicio.
Anónimo
Luego de la lectura, marca con una x la letra de la respuesta correcta :
1.- Entre los personajes ¿Quiénes son los protagonistas principales?
- a) El caballero y sus amigos.
- b) Los vendedores del mercado.
- c) Pedro
- d) Pedro y el caballero.
a) Saber que en el mercado venden ayes.
b) Que los amigos del caballero eviten el castigo a Pedro.
c) Qué el caballero se haya burlado de Pedro.
d) Qué Pedro le diera una lección al caballero llevando uvas envueltas en ortigas.
3.-¿Porqué puso uvas y ortigas a la bolsa?
- a) Quiso vengarse de su patrón.
- b) Quiso darle una lección ejemplar.
- c) Quiso demostrarle su habilidad al patrón.
- d) No encontró ayes y lo reemplazó.
- a) Le dijeron que lo tenía merecido por ser bromista.
- b) Se echaron a reír tomándolo como una broma.
- c) No le dieron mayor importancia.
- d) Diciéndole que pocos podían tener un mozo tan ingenioso a su servicio.
- a) El vendedor le miró colérico.
- b) El vendedor le miró malcriado.
- c) El vendedor le miró maldadoso.
- d) El vendedor le miró malicioso.
- a) Porque el patrón era su amigo.
- b) Porque muchas veces ya había trabajado en este oficio.
- c) Porque Pedro quería quedar bien con el caballero.
- d) Todas las anteriores.
- a) Salió lo más rápido que pudo.
- b) Salió en un avión.
- c) Salió presumido.
- d) Salió contento.
- a) Porque quería comer las uvas.
- b) Porque le pincharon las ortigas
- c) Porque estaba apurado.
- d) Porque estaba de hambre.
LECTURA DE COMPRENSIÓN. EL CAMPESINO Y LOS PASTELES
Les comparto esta lectura del Área de gestión pedagógica de Perú.
El Campesino y los pasteles
Una vez fue un campesino a la ciudad. Y se encontró con un grave problema. Solamente tenía veinte pesos, y le estaba doliendo una muela. El campesino pensaba: "Si me saco la muela y pago al dentista, no puedo comer; si lo gasto en comer, me seguirá doliendo la muela"
Estaba el buen hombre con estos pensamientos cuando fue a pararse enfrente de una pastelería. Allí se quedó largo tiempo mirando embobado los pasteles, hasta que pasaron por allí dos muchachos y le dijeron para burlarse:
-¿Cuántos pasteles te atreverías a comer en una comida?
-¡Hombre me comería quinientos!
-¡Quinientos! ¡Dios nos libre!
-Pues de qué poco se asustan ustedes -y de esta forma comenzaron a discutir, ellos diciendo que no y él insistiendo que sí.
-¿Qué apuestas? -dijeron los muchachos.
-Pues...si no me los como, me dejo sacar esta muela -y el campesino señaló la que le dolía.
Los muchachos aceptaron alegres la apuesta.
El hombre comenzó a comer y, cuando ya no tenía más hambre, dijo:
-He perdido, señores.
-He perdido, señores.
Entonces llamaron a un dentista y le sacaron la muela.
Los muchachos se reían diciendo:
-Miren a ese tonto, que por hartarse de pasteles deja que le saquen una muela.
Entonces les respondió el campesino:
-Más tontos son ustedes, porque gracias a esta apuesta he matado el hambre y, además, me han sacado una muela que me había dolido toda la semana.
Juan de Timoneda
Responde marcando con color rojo sólo una de las alternativas:
1.- Entre los personajes ¿Quiénes son los protagonistas principales?
- a) El campesino y los veinte pesos.
- b) El campesino y los jovenzuelos.
- c) El campesino y el pastelero
- d) El dentista y el campesino.
a) La lección que el campesino les dio a los jovenzuelos
b) El hambre del campesino.
c) La burla de los jovenzuelos.
d) Haber degustado los pasteles.
3.-¿Porqué el campesino aceptó la apuesta?
- a) Quiso divertirse con los jovenzuelos.
- b) Por comer los pasteles.
- c) Quiso resolver su problema.
- d) Le amenazaron los jovenzuelos.
- a) Le dijeron que es un cobarde.
- b) Se echaron a reír.
- c) Llamaron al dentista y le sacaron la muela
- d) No le dieron mayor importancia.
- a) Mirando antojado los pasteles
- b) Mirando minuciosamente los pasteles
- c) Mirando pasteles embolsados
- d) Mirando atontado los pasteles.
- a) Porque tenía esperanza de resolver su problema.
- b) Porque era un tipo conflictivo.
- c) Porque le provocaron los jóvenes.
- d) Todas las anteriores.
- a) Que mató a un hombre.
- b) Que quedó satisfecho y ya no tenía más hambre.
- c) Sería capaz de matar por hambre.
- d) Ninguna de las anteriores.
- Porque tenían tiempo.
- Porque es divertido burlarse de los demás.
- Porque consideraban al campesino un tonto.
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